Si mi profesora
me enseña a usar el "punto y coma",
pero en el almuerzo
mi mamá insiste en el “coma y punto”,
¿a quién le hago caso
en ese asunto?
Si en la escuela nadie quiere
enseñarme el “punto de caramelo”
mucho más dulce que los aburridos
"punto aparte" y "punto seguido",
¿a quién debo hacer
ese pedido?
Si quiero que las letras vuelen
sin márgenes ni cuadernos
y que las gaviotas sean un visto bueno
en la pizarra azul del cielo,
¿por qué debo callar
lo que yo quiero?
Y si mi lágrima es una pizca de ola
con nostalgia del mar
y mi risa un pequeño huracán
que tiene ganas de volar,
¿por qué no amar el viento,
por qué no ser el mar?
Visto y leído en: FUNDACIÓN CUATROGATOS
Ilustración:©Anna Clariana Muntada
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