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CUENTOS
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FRAGMENTOS
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POESÍAS

12 de abril de 2013

EN FAVOR DE LA ENSEÑANZA MULTICULTURAL

Los indios americanos conforman una de las poblaciones más antiguas del mundo.
Se encuentran, también, entre las poblaciones cuyos derechos no siempre son plenamente respetados. El siguiente ejemplo ilustra cómo contribuyeron las Naciones Unidas a devolver algunos de sus derechos a un grupo de indígenas.

Los indios guaraníes viven en Bolivia, la Argentina, Brasil y Paraguay. Hace unos años, los jefes de los indios bolivianos enviaron una carta a las Naciones Unidas.

“Hace muchos años –decía la carta– cuando las escuelas llegaron a nuestra región, nos dijeron que el camino para salir de nuestro atraso sería la educación. Construimos escuelas con cualquier pequeño recurso de que disponíamos y conseguimos que el gobierno enviara profesores. Pero han pasado los años sin que hayamos visto el fruto de estas escuelas.”

La enseñanza fue impartida en las escuelas únicamente en español. En opinión del gobierno, los indios debían aprender el español por ser un idioma más avanzado que el que ellos usaban. Pero la enseñanza –en lugar de ayudarles a avanzar– sirvió lamentablemente para lo contrario. Muchos de los profesores llamaron tontos y atrasados a los niños guaraníes que no eran capaces de desenvolverse con el nuevo idioma. Como resultado de ello, los niños se sintieron desmotivados.

En 1989, dos organismos de las Naciones Unidas, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), intervinieron para modificar la situación. Sus representantes se reunieron con los indios guaraníes y los funcionarios bolivianos. Con ayuda de varias organizaciones locales e internacionales, iniciaron un nuevo programa de enseñanza para darles a los niños guaraníes la oportunidad de aprender guaraní y español.

La iniciativa mereció la pena. Los primeros resultados indicaron que los niños guaraníes que asistían a las escuelas bilingües consiguieron calificaciones más altas en todas las asignaturas que los que asistían a las escuelas donde sólo se hablaba un idioma. Como consecuencia, disminuyó el número de niños que abandonó la escuela antes de terminar sus estudios.

Los guaraníes se sienten ahora más esperanzados.

Como decía uno de los padres en una carta dirigida a las Naciones Unidas: “Nuestros hijos aprenden ahora más y mejor. Por fin, pueden expresarse libremente sin ser castigados por hablar su propia lengua”.
Visto y leído en: UNICEF va a la escuela Para hablar sobre la libertad y la igualdad. Julio de 2002 (Pdf)

Ilustración: Andrea Piccardo

Leer es contagioso

¿QUÉ ES LEER?

»Leer es juego, placer, descubrimiento y esfuerzo, nunca una obligación.

»Leer no significa entender todo.

»Leer es imaginar.

»Leer es tomar palabras de otros para hacerlas nuestras.

»Leer es movimiento, es actividad, aunque uno esté absolutamente quieto y ensimismado.

»Leer es un intercambio, un diálogo con otros, con uno mismo y con lo que estoy leyendo. Es estar con otros aunque uno esté leyendo solo, porque en un libro hay muchos otros: el que imaginó y escribió la historia, el que la dibujó, los que hicieron el libro, los personajes de la historia y el que lee, el lector.

»Leer es un encuentro y para que esto ocurra es bueno que los niños exploren y descubran por sí mismos pero también, que alguien que ame la lectura los tome de la mano, los ayude a mirar y los acompañe a descubrir cosas nuevas.
Visto y leído en: Leer es contagioso - UNICEF - (PDF)

Ilustración ► NIK

Nik, menos conocido como Cristian Dzwonik, nació en Buenos Aires, Argentina. Es egresado del Colegio Nacional de Buenos Aires y Diseñador Gráfico recibido en la UBA. Completó, además, estudios de publicidad, computación gráfica y fotomontaje digital. Dibuja desde la más temprana edad.

LEER ES ENCONTRAR SENTIDO

Quienes viven en contacto con la naturaleza “leen” el cielo y sus cambios. Para ellos el día y la noche, la luz y la oscuridad, son pistas. Las nubes indican lluvia. El color de las hojas de los árboles, su caída y sus brotes, son indicios de las cuatro estaciones y permiten anticipar estos cambios.

Se “leen” los rostros, los gestos, los sabores de las comidas al cocinarlas: “le falta sal, está frío todavía”... Todos son indicios, que nos permiten anticipar y nos indican algo para hacer.

Con los libros pasa lo mismo: se trata de recoger indicios en las palabras y las imágenes para interpretarlas, para encontrar sentido al gran enigma de la vida, para encontrarnos con distintas formas de sentir, vivir y explicar el mundo. Leer o escuchar leer es una manera de zambullirse en otras historias, en otras personas, en otros mundos.

La literatura les permite a los niños y a las niñas encontrarse con diversas emociones a partir de sentimientos como miedo y valentía, envidia y generosidad, celos, posesión y libertad, rabia, enojo, tristeza y alegría, dolor y plenitud, pérdida y encuentro, desamparo y amparo.
Visto y leído en: Leer es contagioso - UNICEF - (PDF)

Ilustración ► NIK

HABLAR, ESCUCHAR, LEER Y ESCRIBIR

Al principio la palabra sirvió para nombrar, para dar sentido al entorno y transmitir algo a otros. La escritura surgió más tarde como otro modo de conocer y comunicar. Hablar, escuchar, leer y escribir sirven para comunicarnos.

Las personas de culturas que no conocieron la escritura tenían una gran sabiduría. Aprendían viendo lo que otros hacían, por imitación, acompañando a cazadores experimentados; aprendían de lo que oían, participando de una memoria colectiva. Usaban, principalmente, el buen sentido común que se apoya en la experiencia. Esto mismo ocurre con las personas que no saben leer ni escribir pero saben muchas otras cosas.

Las historias que se pasaron de boca en boca guardaron la memoria de los pueblos. Así se fueron modificando y enriqueciendo, con la colaboración de todos, por eso siguen vivas hasta hoy.

El lenguaje es la representación del mundo y la escritura es la representación del lenguaje.

Un niño aprende a leer y a escribir con todo su cuerpo y su persona, con sus experiencias conocidas y su curiosidad por lo nuevo. No se lee sólo con los ojos, ni se escucha con los oídos, ni se escribe solo con la mano que toma el lápiz. Detrás de esos ojos, esos oídos y esa mano, hay una persona con hambre de conocer, alguien que piensa, que relaciona, que construye interpretaciones, que se apropia del mundo.

En la escuela los niños formalizan el aprendizaje de la escritura y la lectura. A la escuela, los padres le confían esta función de enseñanza.

La alfabetización es un proceso que se inicia con la vida, antes de ir a la escuela, y una vez que se pone en marcha continúa a lo largo de toda la vida, encontrando siempre nuevos modos de leer y de escribir.
Visto y leído en: Leer es contagioso. Un encuentro con los libros EDAIC Varela (Equipo Distrital de Alfabetización Inicial y Continua)

Ilustración ► QUINO (Joaquín Salvador Lavado)

http://www.todohistorietas.com.ar/

UN MUNDO DE PALABRAS

❥ La palabra es sonido y con las palabras se canta.
❥ La palabra es un juguete y con las palabras se juega.
❥ La palabra es memoria y con las palabras se cuenta.
❥ La palabra es alivio y con las palabras se calma y se entretiene.
❥ Los libros guardan y echan a volar palabras, imágenes, historias.

Los niños disfrutan el juego con la palabra y las historias contadas; cuentos que vienen de la experiencia, de la imaginación y de los libros. Todo aquel a quien le hayan contado un cuento o una anécdota, sabe qué acercamiento profundo se crea entre el que cuenta y el que escucha.

Para acercar a los chicos a la lectura hay múltiples caminos, pero todos empiezan por sentir que la palabra compartida es importante y que nosotros somos importantes en cada camino.

Todos somos narradores de nuestras propias historias. Sólo se necesita que encontremos aquella pequeña anécdota vivida que nos emociona o aquel cuento que nos contaron y que tanto nos gustó, para compartirlo con otros. También se trata de escuchar a otros, así tendremos más historias para contar.
Visto y leído en: Leer es contagioso - UNICEF - (pdf)

Ilustración ► Adriana Keselman

Adriana Keselman nació en Buenos Aires, Argentina. Estudió en Brasil el profesorado en Jardín de Infantes y la Licenciatura en Pedagogía, trabajando aquí y allí como Maestra Jardinera durante muchos años. Trabaja de manera independiente como ilustradora.

http://www.adrianakeselman.com.ar/

Petit, Michèle. Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura. (Fragmento)

“(...) la experiencia de los lectores no difiere radicalmente según los medios sociales, lo que sí difiere son los obstáculos. Para unos todo está dado al nacer, o casi todo.
Para otros, la distancia geográfica se agrega a las dificultades económicas y a los obstáculos culturales y psicológicos.
Para quienes viven en barrios pobres, en los suburbios de las ciudades, los libros son objetos raros, poco familiares, investidos de poder, que dan miedo. Están separados de ellos por verdaderas fronteras, visibles o invisibles. Y si los libros no van a ellos, ellos nunca irán a los libros.”

Michèle Petit
Petit, Michèle. Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura. Fondo de Cultura Económica, México, 1999.
M. Petit, antropóloga de origen francés. Sus investigaciones están dirigidas, especialmente, hacia el estudio de la lectura y la relación de niños y jóvenes con los libros.

Imagen. ©La Pecera Ilustraciones - LARA DOMBRET / MATÍAS TRILLO

©LARA DOMBRET

©MATÍAS TRILLO

Poesía inédita de Ruth Kaufman

LA LUZ

En todas las cosas
yo dejo mi brillo
rojo, blanco, verde
azul o amarillo.
Apenas me acerco
las cosas se asombran
y hasta el más pequeño
proyecta su sombra.
Me voy arrimando
y las sombras se mecen
se estiran, se achican,
vibran, se estremecen.
Pero ni bien
sus caras alumbro
¿por qué, encandiladas,
se van de este mundo?

Ruth Kaufman. Maestra y licenciada en Letras.
(Buenos Aires, 1961)
Visto y leído en: Revista Imaginaria

Ruth Kaufman es maestra y licenciada en Letras. Trabajó en talleres de escritura con niños y en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Ha publicado: "La ciudad de los magos" (Kapelusz, 1984), "Nada de luz, ni siquiera velas" (Quipu, 1992) y, en coautoría con el ilustrador Diego Bianchi, "Los leones no comen banana" (Alfaguara, 1999) y "Muy lejos de la tierra" (Alfaguara, en prensa). También escribió varios libros de lectura, de los cuales su preferido es "Aventuras con adivinanzas" (Buenos Aires, Edicial); la investigación que realizó para escribir ese libro fue en gran parte el germen de "Los rimaqué".

Ilustración: ANDREA JOSEPH'S

11 de abril de 2013

Leemos a Roberto Juarroz (1925-1995)

DESGARRAR EL PAPEL AL ESCRIBIR…

Desgarrar el papel al escribir
para que desde el comienzo
asome por debajo el deterioro,
el desgaste, el hundimiento
al que se debe someter toda escritura.
Esa invalidez inaugural
limará las palabras
y acortará los desahogos,
hasta que surja el hilo retorcido
y ajustadamente abismal
del lenguaje correspondiente al hombre.
Que la escritura desguarnezca
a la mano que simula providencias.
Que la escritura no contribuya a armar la máscara
sino el rostro sin afeites que oficiamos.
Que la escritura enrole en su constancia
la cantera y la piedra,
la secuencia y el término,
la destrucción y el límite.

Octava poesía vertical, 1984.
Visto y leído en: POETICAS

Sitio web de Roberto Juarroz


EL POEMA RESPIRA POR SUS MANOS…

El poema respira por sus manos,
que no toman las cosas: las respiran
como pulmones de palabras,
como carne verbal ronca de mundo.
Debajo de esas manos
todo adquiere la forma
de un nudoso dios vivo,
de un encuentro de dioses ya maduros.
Las manos del poema
reconquistan la antigua reciedumbre
de tocar a las cosas con las cosas.

Cuarta poesía vertical, 1969.
Visto y leído en: POETICAS

Sitio web de Roberto Juarroz


SOÑAMOS CON UN LECTOR PERFECTO…

Soñamos con un lector perfecto.
Superior a nosotros.
Mejor aun que la propia lectura
de nosotros mismos.
Para él escribimos,
aunque no exista.
No podemos dejar de sentir
que se esconde detrás de ese silencio
que arrastran las palabras
como una túnica partida.
Quizás si persistimos
en este oficio desolado
de elevar torres sin andamios,
el lector que no existe
despierte alguna vez
allí donde el lector
ya no es necesario
porque al final toda lectura se lee sola.

Decimocuarta poesía vertical, 1997.
Visto y leído en: POETICAS

Sitio web de Roberto Juarroz



Leemos a Roberto Juarroz (1925-1995)

TODA PALABRA LLAMA A OTRA PALABRA…

Toda palabra llama a otra palabra.
Toda palabra es un imán verbal,
un polo de atracción variable
que inaugura siempre nuevas constelaciones.
Una palabra es todo el lenguaje,
pero es también la fundación
de todas las transgresiones del lenguaje,
la base donde se afirma siempre un antilenguaje.
Una palabra es todavía el hombre.
Dos palabras son ya el abismo.
Una palabra puede abrir una puerta.
Dos palabras la borran.

Séptima poesía vertical, 1982.
Visto y leído en: POETICAS

Sitio web de Roberto Juarroz

Imagen: Meri Hernández para el Cuaderno Azul. Poemario.

Visto en: Proyecto Cuaderno Azul (Facebook)

LAS PALABRAS NO SON TALISMANES…

Las palabras no son talismanes.
Pero cualquier cosa puede
transmutarse en poesía
si la toca la palabra indicada.
No es asunto de magia ni de alquimia.
Se trata de pensar de otro modo las cosas,
palparlas de otro modo,
abandonar las palabras que las usan
y acudir a las palabras que las cantan,
las palabras que las levantan en el viento
como clavos ardiendo en el asombro.
Estacas convertidas en estrellas,
zapatos para calzar crucifixiones,
cegueras abiertas en la espalda del día,
visiones reservadas para volver a despertar,
ternuras que se postergan para salvar el amor.
Se trata solamente de crear otra voz:
la voz ausente adentro de las cosas.

Undécima poesía vertical, 1988.
Visto y leído en: POETICAS

Sitio web de Roberto Juarroz

Ilustración: © La Pecera Ilustraciones
- LARA DOMBRET / MATÍAS TRILLO -

Leemos a Roberto Juarroz (1925-1995)

DESBAUTIZAR AL MUNDO…

Desbautizar al mundo,
sacrificar el nombre de las cosas
para ganar su presencia.
El mundo es un llamado desnudo,
una voz y no un nombre,
una voz con su propio eco a cuestas.
Y la palabra del hombre es una parte de esa voz,
no una señal con el dedo,
ni un rótulo de archivo,
ni un perfil de diccionario,
ni una cédula de identidad sonora,
ni un banderín indicativo
de la topografía del abismo.
El oficio de la palabra,
más allá de la pequeña miseria
y la pequeña ternura de designar esto o aquello,
es un acto de amor: crear presencia.
El oficio de la palabra
es la posibilidad de que el mundo diga al mundo,
la posibilidad de que el mundo diga al hombre.
La palabra: ese cuerpo hacia todo.
La palabra: esos ojos abiertos.

Sexta poesía vertical, 1975.
Visto y leído en: POETICAS

Sitio web de Roberto Juarroz

Fotografía: Saleh99
Visto en: Daboweb


Roald Dahl...

“La moraleja es que no quiero enseñar ninguna moraleja. La única razón por la cual escribo mis libros para niños es la de hacerlos enamorar del libro: conseguir que mis libros sean tan dinámicos y divertidos y tristes que los enamoren. Si se logra que los niños amen a un libro, o a dos, o a tres, comenzarán a pensar que leer es divertido. Así, tal vez, de grandes se transformarán en lectores. Y leer es uno de los placeres y uno de los instrumentos más importantes de nuestra vida.”

Illustration© Quentin Blake

Graciela Beatriz Cabal...

“Y la biblioteca… Tantas ganas tenía de entrar, que entré, me di el gusto. Ahí estaba yo, alelada, (…) cuando una turba de chicos muertos de risa, entró por la puerta y, sin saludar ni nada, se abalanzaron sobre los libros y después se tiraron sobre unos almohadones y hasta en el suelo, y se pusieron a leer… ¡O a hacer que leían! Porque algunos, lo puedo jurar, solo miraban las figuritas y otros iban de atrás para adelante, o se salteaban. ¡O mojaban el dedo para dar vuelta las páginas! Y (…) también me acordé de mí, de la nena que fui y que de alguna manera todavía soy, y entonces me agarró una cosa tan, qué sé yo, que me acerqué a la bibliotecaria de los anteojos redondos y le dije:
- Señorita, por favor, ¿me podría quedar un ratito aquí en la biblioteca?
Graciela Beatriz Cabal (Fragmento)

Robert Louis Stevenson...

“En todo lo que se refiere a la lectura, la actividad propiamente dicha, debería ser voluptuosa y cautivante; deberíamos devorar un libro con los ojos, sentirnos transportados y encontrarnos al fin con el espíritu lleno de un caleidoscopio de imágenes danzantes, incapaces de sueño o de pensamiento continuo. Las palabras, si el libro tiene alguna elocuencia, deberían golpear nuestros oídos como olas que se estrellan en las rocas; y la historia, si se trata de una historia, repetirse a nuestros ojos en mil cuadros coloreados. Era la búsqueda de este último placer lo que nos hacía leer tan atentamente y amar tanto nuestros libros.”
Robert Louis Stevenson, citado en “Si nos dejaran leer”
de Genevieve Patte, pág.72.

Michael Ende, “La historia interminable”. (Fragmentos)

“…Las pasiones humanas son un misterio, y a los niños les pasa lo mismo que a los mayores. Los que se dejan llevar por ellas no pueden explicárselas, y los que no las han vivido no pueden comprenderlas. La pasión de Bastián Baltasar Bux eran los libros. Quien no haya pasado nunca tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado…”

“…Quien no haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta… Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas porque una historia maravillosa acababa… Quien no conozca todo eso por propia experiencia no podrá comprender probablemente lo que Bastián hizo entonces. Miró fijamente el título del libro y sintió frío y calor a un tiempo. Eso era exactamente lo que había soñado tan a menudo y lo que desde que se había entregado a su pasión venía deseando. ¡Una historia que no acabase nunca! ¡El libro de todos los libros!…”
(Bastián Baltasar Bux es el primer protagonista de la novela fantástica: “La historia interminable”, también conocida como La historia sin fin. Es quien encuentra el libro y lo lee escondido en el desván de su colegio. A la mitad del libro, Bastián se vuelve un personaje de La Historia Interminable, entrando en Fantasía.)

Ilustración: vikifloki (Victoria Flores)

El arte de educar...

«Educar es un reto, una ilusión, una razón de vida. Cuando educamos, debemos enseñar a dudar y a ser críticos; debemos dejar que nuestros hijos y alumnos cometan sus propios errores. No olvidemos que los niños tienen un gran sentido de la verdad y la mentira, que valoran el cumplimiento de la palabra y la justicia».
Javier Urra, El arte de educar

10 de abril de 2013

DIAS DE GRANJA de SILVIA SCHUJER

Había una vez, en un establo,
un caballo que se llamaba Pablo.
Era el íntimo amigo de un carancho
al que todos conocían como Pancho.

Deambulaba en esa granja una gallina
con sus hijas Centinela y Etelvina:
iban juntas por un poco de maíz
a la pobre madriguera del cuis Luis.

A la vera de un arroyo las vio un pato
y les dijo: “Mucho gusto soy Donato.
¿A dónde va esa bataraza tan bonita
que seguro ha de llamarse Margarita?”

De repente el sonar de un cascabel
anunció a la vieja vaca Maribel.
A su paso ella tocaba una maraca
que se había traído de Humahuaca.

Venía acompañada de Ana Rosa,
un gusano convertido en mariposa.
Y al compás de afinadísimos cencerros
empezaron a cantar liebres y perros.

A la orquesta filarmónica y al coro
de la granja, también se sumó un toro,
la torcaza, Ivo el chivo y un cabrito
primo hermano de otro que llamaban Tito.

Imagen: Una visita a la granja
- Camilo Rodríguez - Ilustración

LA PALABROTA (Silvia Schujer)

Una palabra
palabritera
despalabrábase
por la escalera.

¡Pobre palabra!
se apalabró
palabrincando
cada escalón

Cayó de cola
la palabrisa y
palabrochóse
flor de paliza.

Despalabra
pala que brota
de ser palabra
ya es palabrota.
(De: Poemas con sol y son. México, SEP-CIDCLI, 2002)

Ilustración de ©Elena Ospina

FIESTA DE DISFRACES de SILVIA SCHUJER

¿Oyeron de una fiesta?
¿Supieron, además,
de mil y un invitados
que fueron con disfraz?

El baile fue en el barrio,
la idea de un señor
que siempre había soñado
vestir de emperador.

Vecinos buenos mozos
con traje de pingüino
servían en bandejas
licor y jugos finos.

Había odaliscas,
payasos, hawaianas,
bomberos voluntarios
y diez peces banana.

Piratas, marineros,
sirenas y marcianos.
ratonas, conejitos
y seis dioses romanos.

La reina era una dama
con aros de cereza,
llevaba una frutera
danzando en su cabeza.

Y todo era jolgorio
sonidos, esplendor,
hasta que entro un vampiro
y con él entro el terror.

¡Qué susto madre mía,
tamaña aparición!
A todos les dio miedo
con muy justa razón.

Traía de la mano
un hada con aguja,
un búho embalsamado
y una muñeca bruja.

La gente no sabía
si aquellos invitados
también eran vecinos
o tres monstruos colados.

La cosa es que por suerte
fue un susto pasajero
porque el vampiro era
el viejo almacenero.

ILUSTRACIÓN: ©Andrés Alejandro Gallelli

PÁJAROS EN LA CABEZA de SILVIA SCHUJER

La historia que aquí se cuenta
le aconteció a una princesa
que tenía pajaritos
trinándole en la cabeza.

Los pajaritos le hablaban
de las delicias de andar
volando sobre los ríos,
sobre los campos y el mar.

(La princesa suspiraba
y volvía a suspirar.)

El papá de la muchacha
era el rey de Mala Gana,
se apoltronaba en su trono
a mirar por la ventana.

Le apretaba la corona
lo aburría la batalla:
él quería hacer castillos
con arena de playa.

(Mi reino, pensaba el rey,
lo cambio por una malla.)

La reina madre vivía
contándole a los espejos
que soñaba irse en un barco
y llegar lejos… muy lejos.

La cosa es que la realeza
en realidad se aburría,
cada cual con su tristeza
planificaba su huida.

Hasta la vez que ocurrió
el milagro de un carruaje
que se detuvo en el palacio
para emprender largo viaje.

El carruaje era carroza
con seis caballos alados
con hélice en el techo
y ruedas a los costados.

Los reyes y la princesa
emprendieron aquel día
el viaje que se llevó
por siempre a la monarquía.

Imagen: ©Macus Romero
Freelance illustrator

POEMAS DE SILVIA SCHUJER

►ABRACADABRA◄
SILVIA SCHUJER
PLANTÉ UNA BIROME
CRECIÓ UNA PALABRA
FLORECIÓ LA TARDE
¡ABRACADABRA!

LA REGUÉ CON AGUA
DE MÍ REGADERA
DESBORDABA TINTA
COMO ENREDADERA.

FUE UN DÍA DE OTOÑO
QUE SE DESHOJÓ
UN ABRACADABRA
DE ESTE CORAZÓN.

Y EMPECÉ DE NUEVO
CON LA LAPICERA
A ESCARBAR LA TIERRA
DE MI PRIMAVERA.

Ilustración: ©Susana Hoslet

► PALABRAS PARA REGALAR ◄
♥ OTRA POESÍA DE SILVIA SCHUJER
TE REGALO UNA PALABRA
CON CINTA Y MOÑO
DE ESTAS QUE SE DESATAN
CUALQUIER OTOÑO.

UNA PALABRA BLANDA
CON PIEL DE ESPUMA
PARA SOPLARLE AL VIENTO
Y LLENAR LA LUNA.

LUNA DE UNA PALABRA
QUE, SOÑADORA,
VIVE CUANDO SE DUERME
Y MUERE CON LA AURORA.

TE REGALO UNA PALABRA
SIN DECIR NADA
PORQUE LA TRAIGO ESCRITA
EN TU MIRADA.

UNA PALABRA ENORME
CON NUEZ Y RUIDO
DE LAS QUE NO SE PIERDEN
CUANDO SE HAN IDO.

TE LA REGALO AHORA
PORQUE ES URGENTE
QUE TE DES VUELTA Y VEAS
QUE ESTOY ENFRENTE.

Ilustración: ©Sarah Preston

6 de abril de 2013

CARPE DIEM * APROVECHA EL DÍA

(Atribuido a Walt Whitman*, porque la mayoría de los versos del poema provienen de la película "La Sociedad de Los Poetas Muertos", algunos versos son de otros poemas de Whitman, otros son de Thoreau.)
Aprovecha el día.
No dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho de expresarte, que es casi un deber.
No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario...
No dejes de creer que las palabras y la poesía, sí pueden cambiar al mundo; porque, pase lo que pase, nuestra esencia está intacta.
Somos seres humanos llenos de pasión, la vida es desierto y es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa. Y tú puedes aportar una estrofa...
No dejes nunca de soñar, porque sólo en sueños puede ser libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes, huye...
"Yo emito mi alarido por los tejados de este mundo", dice el poeta; valora la belleza de las cosas simples, se puede hacer poesía sobre las pequeñas cosas.
No traiciones tus creencias, todos merecemos ser aceptados.
No podemos remar en contra de nosotros mismos, eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridades.
Piensa que en ti está el futuro, y asume la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes pueden enseñarte. Las experiencias de quienes se alimentaron de nuestros "Poetas Muertos", te ayudarán a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros, los "Poetas Vivos".
No permitas que la vida te pase a ti, sin que tú la vivas...

Visto y leído en: Instantes de ficción
El “Carpe diem” original es una de las “Odas” del poeta latino Quinto Horacio Flaco (65-8 A.C)
Forma parte del la oda XI del Libro I de los Carmina.

*Carpe diem es una locución latina que literalmente significa "aprovecha el día", lo que quiere decir es «aprovecha el momento, no lo malgastes». Fue acuñada por el poeta romano Horacio (Odas, I, 11):
Carpe diem quam minimum credula postero Aprovecha el día, no confíes en mañana

Se puede entender como "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". O igual "vive cada momento de tu vida como si fuese el último de tu existencia"

Ilustración: Mónica Carretero
*Walt Whitman, periodista y poeta norteamericano (1819-1892). Fue el primer poeta que experimentó las posibilidades del verso libre, tanto en la métrica como en la temática de su obra. Whitman, teñido de un optimismo contagioso, le canta a la libertad, a la sexualidad, a la espiritualidad libre de dogmas y preceptos, a la comunión de las persona, al trabajo, a la democracia y al progreso.

Los alumnos. Por Eduardo Galeano

Día tras día, se niega a los niños el derecho de ser niños. Los hechos, que se burlan de ese derecho, imparten sus enseñanzas en la vida cotidiana. El mundo trata a los niños ricos como si fueran dinero, para que se acostumbren a actuar como el dinero actúa. El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura, para que se conviertan en basura. Y a los del medio, a los niños que no son ricos ni pobres, los tiene atados a la pata del televisor, para que desde muy temprano acepten, como destino, la vida prisionera. Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños.
(Patas arriba. La escuela del mundo al revés.)

Ilustración: Fabián Rivas

Nuevas parábolas para educar valores. Por Antonio Pérez Esclarín

* * *

En su obra La Cantante Calva, Ionesco nos presenta un mundo en el que los personajes hablan y hablan pero no se comunican. Las palabras se han convertido en piedras que caen, en cadáveres, en trampas para ocultar la lejanía y la ausencia: Un hombre y una mujer se encuentran por azar y comienzan a charlar amenamente... A medida que avanza la conversación, descubren que ambos han viajado desde Nueva York en el tren de las diez, y que incluso los dos viven en el mismo edificio de la quinta avenida. Más sorprendente aún, ambos tienen una hija de siete años e incluso viven en el mismo apartamento. Para su sorpresa final, descubren que son marido y mujer.

* * *
* * *

En la casa del matrimonio Rodríguez,
él y ella están viendo televisión,
sin cruzarse, jamás, una palabra,
hasta el día en que se fue la luz.
Entonces, él la miró al rostro y le dijo:
“¿cómo está usted?
Creo que no nos conocemos,
mi apellido es Rodríguez.
¿Cuál es el suyo?”
Y ella le dijo:
“Yo soy la señora Rodríguez.
Será que usted y yo somos...”
De pronto, regresó la luz,
volvió a funcionar la televisión
y ellos no continuaron averiguándolo.

* * *

Visto y leído en: Nuevas parábolas para educar valores. Por Antonio Pérez Esclarín (Formato pdf)

* * *

Ilustración: Pablo Colaso

Oración de un niño

Señor, esta noche quiero pedirte algo especial: conviérteme en televisor. Quisiera ocupar su lugar para vivir como él en mi casa: tendría un cuarto especial para mí, y toda la familia se reuniría a mí alrededor horas y horas. Siempre me estarían todos escuchando sin ser interrumpido ni cuestionado, y me tomarían en serio. Cuando me enfermara, llamarían enseguida al médico y estarían todos preocupados y nerviosos hasta que volviera a funcionar perfectamente. Mi papá se sentaría a mi lado cuando vuelve cansado del trabajo, mi mamá buscaría mi compañía cuando se queda en la casa sola y aburrida, y mis hermanos se pelearían por estar conmigo. ¡Cómo me gustaría poder disfrutar de la sensación de que lo dejan todo por pasar algunos momentos a mi lado! Por todo esto, Señor, conviérteme en un televisor, yo te lo ruego.
Visto y leído en: Nuevas parábolas para educar valores. Por Antonio Pérez Esclarín (Formato pdf)

Ilustración: Claire Fletcher

Las palabras...

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“…los libros fueron mis pájaros y mis nidos, mis animales domésticos, mi establo y mi campo; la biblioteca era el mundo atrapado en un espejo; tenía el espesor infinito, la variedad, la imprevisibilidad.”

“…Las frases se me resistían como cosas; había que observarlas, seguirlas de una a otra punta, fingir que me alejaba y volver a ellas bruscamente para sorprenderlas descuidadas: la mayor parte de las veces, guardaban el secreto…” (Jean Paul Sartre, “Las palabras”.)

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“El uso total de la palabra para todos” me parece un buen lema, de bello sonido democrático. No para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo”. (Gramática de la Fantasía de Gianni Rodari)

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“En frascos de vidrio estaban las palabras, y cada una tenía un color, un olor y un sabor, y cada una sonaba y quería ser tocada”. (Eduardo Galeano de “La casa de las palabras”)

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“Hay palabras que se van perdiendo, pero que tienen un sentido emocional para nosotros, una connotación única porque la escuchábamos de pequeños, de boca de nuestras abuelas quizá. Y son de las primeras que aprendimos, y un día descubrimos que las hemos dejado de usar. Quizá pudiéramos recuperarlas de la memoria y construir entre todos una reserva virtual de palabras en vías de extinción. Sólo por el placer de nombrarlas y darles vida nuevamente.” (Del blog El arca de las palabras.)

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Ilustración: Daniela Zekina

Juan Ramón Jiménez. Poeta español y premio Nobel de Literatura. (1881-1959)

“¡Cómo está la mañana! El Sol pone en la Tierra su alegría de plata y oro; mariposas de cien colores juegan por todas partes, entre las flores, por la casa, en el manantial.
Por doquiera, el campo se abre en estallidos, en crujidos, en un hervidero de vida sana y nueva.
Parece que estuviéramos dentro de un gran panal deluz que fuese el interior de una inmensa y cálida rosa encendida”.

Juan Ramón Jiménez: Fragmento del capítulo “La Primavera”, del libro “Platero y yo”
YO NO SOY YO
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pié cuando yo muera.

Juan Ramón Jiménez

Ilustración: ©Leandro Lamas

De: La extraña felicidad de leer libros. Javier Torres (Fragmento)

"...Porque leer es estar vivo. Leer es descubrir, fascinarse. Y es también soportar el dolor, buscar la felicidad. Encontrarla. Escapar. Leer es crecer y enseñarse, y es de algún modo ser más y menos sabios, y más niños.

Las lecturas tienen algo de los peces voladores, que reaparecen en el mar en un lugar insospechado, y desaparecen otra vez..."

“Hay también épocas de no leer nada. Tiempos a veces prolongados en los que leer desaparece de nuestra vida… lentamente, sin embargo, la magia recomienza…”

Ilustración: Michi Peláez

Reportaje a Isabel Allende, diario Página 12, Buenos Aires, 5/2/95.

“… Para escribir hay que perderle el respeto a la palabra. Hay que perder el miedo a los críticos, a los profesores y a los otros escritores.

Hay que escribir por el placer de contar, no para ganar premios o para que nos digan que lo hacemos bien. Además, les explico que escribir no es un trabajo de inspiración en el que de pronto a uno le cae una idea genial del cielo y saca una obra maestra. Eso sólo les pasa a los genios como Mozart, que son capaces de sacar un concierto en un día. La mayoría de los escritores trabajan muchas horas y pierden muchas hojas.

Para escribir ficción hay que entrenarse con el rigor, la paciencia y la disciplina con que se entrena una atleta. A la mayoría de los estudiantes le cuesta entender eso. Hay un chiste que grafica bien lo que la gente cree que es la escritura: “Se encuentra un escritor con un neurocirujano en un cóctel. El neurocirujano le dice: ‘Cuando me retire, voy a escribir unas memorias’. Y el escritor le contesta: ‘Cuando yo me retire, voy a hacer neurocirugía’.”

Poemas de Silvia Beatriz Zurdo

Silvia Beatriz Zurdo nació el 22 de marzo de 1965 en la ciudad de Punta Alta, provincia de Buenos Aires, república Argentina.
Es Profesora para la Enseñanza Primaria, Profesora Especializada en Educación Preescolar, Maestra especializada en Educación de Adultos, y Licenciada en Creatividad Educativa.
En constante actualización, ha participado de numerosos cursos de técnicas de narración, lecto escritura en el jardín de infantes, talleres literarios, expresión oral, comunicación y texto, creatividad, transformación educativa, juegos y canciones.
TE DOY MI PALABRA
Ronda de palabras.
Palabras cruzadas.
Dulces o macabras
libres y encantadas.

Duras palabrotas
dejan sin palabras.
Te doy mi palabra
sin abracadabras.

Palabras que van...
Palabras que vienen...
y en el camino
nos entretienen.

Hay palabras mágicas
sabias y encantadas
palabras nunca dichas
o inesperadas.

Palabras sencillas...
Palabras perdidas...
Graves o agudas...
Palabras amigas.

Palabras secretas
Palabras confusas,
Palabras ahogadas
(las que no se usan)

Palabras dormidas...
Palabras sin voz...
PALABRAS ENCANTADAS
te regalo yo.


© Silvia Beatriz Zurdo
http://silvia-zurdo.blogspot.com.ar/

Ilustración: ©Ana Sanfelippo
https://anasanfe.myportfolio.com/

Quisiera escuchar un cuento
sentadito en tus rodillas
y guardarme estos besos
que me das en las mejillas


©Silvia Beatriz Zurdo
http://silvia-zurdo.blogspot.com.ar/

Papá... mamá... yo quiero:
una vuelta en calesita,
días de sol en la plaza.
Quiero que amor y paciencia
sean el color de mi casa.

Me gustan palabras buenas,
quiero respuesta a mis dudas
y sobre todas las cosas,
caramelos de ternura.


© Silvia Beatriz Zurdo, 2002
http://silvia-zurdo.blogspot.com.ar/

Ilustración: ©Leandro Lamas
http://leandrolamas.blogspot.com.ar/
COMO SOY UN NIÑO
Como soy un niño
me gustar jugar bajo el sol
hacer mil preguntas,
explorar cada rincón,
descubrir en primavera
el color de cada flor.

Necesito tiempo, paciencia,
amor, comprensión,
y cantar con el viento
su única canción.
Prefiero sonrisas y mimos
las veinticuatro horas del día.

Deseo contar las estrellas
y pintar el futuro de alegría.
Quisiera que algún mago
los sueños hiciera realidad
y que cada niño del mundo
tuviera una oportunidad.


©Silvia Beatriz Zurdo
http://silvia-zurdo.blogspot.com.ar/

Ilustración: ©Leandro Lamas
http://leandrolamas.blogspot.com.ar/

Luis Pescetti. “Escritor-Humorista-Comediante-Músico-Trashumante” argentino

VERDAD
¿De qué debe estar hecho un relato infantil? De todo lo que los niños viven o podrían vivir. No invadir, no ocultar. Esto incluye las pesadillas, y las ilusiones.
Pero de todo eso, sólo lo que podamos contar con verdad, siendo verdaderos.

Geneviève Patte, una prestigiosa bibliotecaria francesa, me dijo una vez: cuando un adulto le lee a un niño, lo primero que éste “oye” es si es de verdad; es decir: si ese adulto cree en eso que hace; y luego: si cree en eso que lee.

En este caso “creer” no significa que uno acepte que un ser de fantasía vuela, sino si uno se conmueve o entusiasma con eso. Si es así, el niño entiende que uno cree en eso que lee, y que hay verdad en ese momento.

Eso que capta es fundamental para que le asigne un valor u otro a ese rato, a lo que le comparten y también a su contenido.

© Luis Pescetti

Ilustración: ©Leandro Lamas

HÁGAME CASO
Llévese la palabra “agua”, hágame caso.
- Sólo por saber, ¿cómo funciona al lado de “jarra”?
La llena, la vuelca.
- ¿Al lado de la palabra “sed”?
La sacia, la enloquece si está inalcanzable.
- Al lado de la palabra “río”:
Corre, fluye, canto de lavanderas, navegación, flota,
- Pruébela al lado de “lluvia”
Demasiado evidente.
- Al lado de “calle”, entonces.
Lava los pasos de las personas, la ciudad transpira.
- Podría ser…
¿Qué me dice, entonces?
- Podría ser, podría ser… A ver, muéstreme otra palabra.

© Luis Pescetti

Ilustración: ©Leandro Lamas

LO INVISIBLE
Lo difícil no es no encontrarte,
sino: encontrarte y no ver.
Tenerte enfrente, transparente,
o tapada por el telón
de mi imaginación.

Ilustración: ©Leandro Lamas

Cuentos de Silvia Schujer

CUENTO CORTITO:
“LLOVÍA”, de Silvia Schujer
Llovía. ¡Y cómo llovía!
Eran las 3 de la tarde y llovía.
El agua mojaba la vereda. Los techos. Los árboles, los paraguas y los zapatos. ¡Qué poco original!
Eran las 4 de la tarde y llovía.
Los chicos hacían dibujos en los vidrios empañados. Los borraban y volvían a empañar.
Los árboles se sacudían a la primera caricia del viento. Flish, flush.
Eran las 5 de la tarde y llovía.
La gente esperaba a otra gente para decirle: “¿viste cómo llueve?”. Los charcos se iban haciendo cada vez más grandes, como aprendices del mar.
A veces el agua bajaba como si en vez de nubes, en el cielo hubiera mangueras. A veces como rocío.
La noche empezaba a preguntarse si también se iba a mojar.
Las casitas de chapa empezaban a sentirse mareadas.
Y la luna estaba segura de que iba a tener que aprender a nadar.
Porque llovía. ¡Y cómo llovía!
Era el día siguiente y llovía.
Con mayúscula y minúscula llovía.
Hasta que me di cuenta de algo: si la lluvia continuaba no podría terminar jamás el cuento.
Mis cuentos nunca terminan con lluvia. No me gusta que naufraguen los lectores.
Fue Máximo Aguado el personaje que me vino a la mente. Lo tenía escondido entre buenas ideas.
Se metió en la historia sin permiso. Así nomás. Y haciéndose el protagonista gritó: “¡Basta de llover, caramba!” “Ya fue suficiente”.
Y, ¿saben lo que pasó?
Sí, eso. Que no cayó más agua y este cuento... se acabó.

Ilustración: Sophie Blackall
http://www.sophieblackall.com/

CUENTO RE CORTITO:
“FELIPE", de Silvia Schujer
Cuando Felipe se iba a dormir, le pedía a su papá que le contara un cuento. El papá le contaba el cuento de que, cuando Felipe se iba dormir, le pedía a su papá que le contara un cuento, el papá se lo contaba y entonces Felipe se dormía.

Y entonces Felipe se dormía.
(Cuentos cortos, medianos y flacos - Editorial Colihue)

Ilustración: Ana Sanfelippo
http://anita-submarina.blogspot.com.ar/

CUENTO LARGO:
"CON UN CACHITO" de Silvia Schujer
A Felipe le faltaba un cachito. Buscó sobre el escritorio, debajo de la cama y dentro del ropero. Buscó sobre el ropero, dentro de la cama y debajo del escritorio. Y como no lo encontraba, salió de la pieza a pedirle a su mamá. La mamá de Felipe estaba en la cocina leyendo el diario. Con la cara que ponen las personas cuando leen el diario. Ni asá ni asé. Simplemente, así.

-¿Me podés dar un cachito? –preguntó Felipe.
-Acá no tengo –le contestó la mamá.
-¡Dale, má! ¡Dame un cachito! –insistió.
-Fijate en mi cartera, a ver si hay.

Buscó sobre el monedero, en el fondo de la cartera y dentro de la billetera. Buscó sobre la billetera, en el fondo del monedero y dentro de la cartera. Como no lo encontraba salió rumbo al patio a pedirle a su papá. El papá de Felipe estaba en el techo arreglando la antena de televisión.

-Necesito un cachito – le dijo Felipe.
-Y yo necesito un montón –le contestó su papá. Y creyendo que había dicho algo graciosísimo se puso a reír como loco y estuvo a punto de decirlo otra vez. Pero no. Cuando vio que Felipe se ponía serio, siguió arreglando la antena de televisión. Como no lo encontraba en su casa, Felipe fue a caminar por el barrio para buscar un cachito “porai”. Se paró frente a un quiosco y preguntó:

-¿Tiene un cachito?
-Sí –contestó el quiosquero.
-¿Me lo puede prestar?
-Te lo puedo vender.
-¿Y si no tengo plata?
-Si no tenés plata, otra vez será.

A Felipe le faltaba un cachito, solamente un cachito. Nada más que un cachito. Y, aunque parezca mentira, no lo podía encontrar.

Buscó entre las baldosas, debajo de sus pasos y en medio de la gente. Buscó entre paso y paso, dentro de la gente y en medio de las baldosas. Hasta que se hizo un poco tarde y decidió volver a su casa.

Fue entonces cuando un chico que pasaba en triciclo por la misma vereda por la que Felipe volvía, levantó algo del suelo y le dijo:

-Se te cayó algo.
-¿Qué cosa?
-No sé –contestó el otro-. Un cachito…

-¡Mi cachito! –gritó Felipe mientras el nene se alejaba en el triciclo.
Y cuando lo agarró y miró, y vio que era el cachito que le faltaba, pegó un salto tan alto que pensó que nunca iba a poder bajar. Pero bajó. Y pudo seguir caminando. Y llegó a su casa. Y se metió feliz en su pieza.

No se imaginan… no se imaginan la cantidad de cosas que inventó Felipe con un cachito. Apenas con un cachito.

FIN

Henriette Sauvant / illustrator

CUENTO RE LARGO:
"Oliverio junta Preguntas" de Silvia Schujer
Oliverio coleccionaba preguntas como quien junta figuritas.

Pero con tres diferencias:

1. que no podía comprarlas en los quioscos;
2. que nadie se las cambiaba; y
3. que el álbum no se llenaba jamás.

Sabía que no podía comprarlas en los quioscos porque cada vez que lo intentaba, la quiosquera lo miraba con cara rara, le regalaba un caramelo y le decía "Vaya, m'hijito, nomás".

Había comprobado que nadie se las cambiaría porque cada vez que mostraba una pregunta, le devolvían una respuesta.

Y el álbum no se llenaba jamás porque el lugar donde escribía las preguntas no era un álbum sino un cuaderno de tapas duras.

Pero volvamos al principio.

Oliverio coleccionaba preguntas como quien junta figuritas.

Preguntas de toda clase.

Grandes y chicas como: ¿Te gustaría saber por dónde queda el río por el cual el último barco fenicio pasó antes de que la civilización romana llegara a su fin? O bien: ¿Cómo te va? Fáciles y difíciles como: ¿De qué color era el caballo banco de San Martín? O bien: ¿Cuál es la raíz cuadrada de dos millones ochocientos cincuenta mil uno?

Interesantes y estúpidas como: ¿Por qué si la Luna es más chica, la veo más grande que a cualquier estrella? O bien: ¿Seré el chico más bello del mundo?

Cuando empezó, las únicas que juntaba eran las preguntas que se le ocurrían a él.

Con el tiempo, los amigos se interesaron por ayudar a Oliverio y le regalaron un montón de las suyas.

Preguntas de toda clase.

De mujeres y de varones. Con respuestas o sin respuestas. Aburridas y simpáticas. Dulces y saladas. Con palabras raras y hasta con palabrotas.

Oliverio se cansó de escribir preguntas en su cuaderno. Hasta que un día se le empezaron a repetir.

Venía uno con una pregunta dificilísima y Oliverio decía: "Esta ya la tengo."

Venía otro con una pregunta requetedificilísima y Oliverio decía: "Esta ya la tengo."

Repetida. Repetida. Repetida.

Le venían todas las preguntas repetidas.

Hasta que conoció a María Laura y, de una sola vez, se le ocurrieron diez mil: ¿Quién es esa chica? ¿Cómo se llama? ¿Por qué es tan linda? ¿De qué color tiene los ojos? ¿Le hablo o no le hablo?

No tenía ninguna.

¿Por qué no puedo dejar de mirarla? ¿Cuántos años tiene? ¿A qué escuela va? ¿La invito o no la invito a pasear?

Anotó en su cuaderno sin parar:

¿Por qué usa flequillo? ¿Sabrá patinar? ¿Dónde vive? ¿Le gustaría ir al cine conmigo?

Escribió como cuatro horas seguidas.

Su colección creció de golpe. Llenó de preguntas hasta la última hoja del cuaderno.

Y ya iba a iniciar uno nuevo, cuando de repente... ¡Seguro que se le acabó la tinta!

Salió a la vereda y la encontró.

Lo primero que supo es que se llamaba María Laura y lo demás decidió averiguarlo de a poco.

Pero volvamos al principio.

Oliverio coleccionaba preguntas como quien junta figuritas.
Hasta que un día conoció a María Laura. O se le acabó la tinta. Y desde entonces, sin proponérselo, un nuevo cuaderno se le fue llenando de respuestas.
(Cuento-prólogo del libro Oliverio junta preguntas. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1989).

Imagen: Fiddle Oak
http://www.flickr.com/photos/fiddleoak/

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