Voy a contar un cuento.
A la una, a las dos
y a las tres:
Había una vez.
¿Cómo sigue después?
Ya sé, ya sé.
Había una casita,
una casita que.
Me olvidé.
Una casita blanca,
eso es,
donde vivía uno
que creo era el Marqués.
El Marqués era malo,
le pegó con un palo
a... No, el Marqués no fue.
Me equivoqué.
No importa. Sigo.
Un día llegó la policía.
No, porque no había.
Llegó nada más que él,
montado en un corcel
que andaba muy ligero.
Y había un jardinero
que era bueno pero.
Después pasaba algo
que no recuerdo bien.
Quizás pasaba el tren.
Pero lejos de allí,
la Reina en el Palacio
jugaba al ta te ti,
y dijo varias cosas
que no las entendí.
Y entonces...
Me perdí.
Ah, vino la Princesa
vestida de organdí.
Sí.
Vino la Princesa.
Seguro que era así.
La Reina preguntole,
no sé qué preguntó,
y la Princesa, triste,
le contestó que no.
Porque la Princesita
quería que el Marqués
se casara con ella
de una buena vez.
No, no, así no era,
era al revés.
La cuestión es que un día,
la Reina que venía
dio un paso para atrás.
No me acuerdo más.
Ah, sí, la Reina dijo:
-Hijita, ven acá.
Y entonces no sé quién.
Mejor que acabe ya.
Creo que a mí también
me llama mi mamá.
© María Elena Walsh
A la una, a las dos
y a las tres:
Había una vez.
¿Cómo sigue después?
Ya sé, ya sé.
Había una casita,
una casita que.
Me olvidé.
Una casita blanca,
eso es,
donde vivía uno
que creo era el Marqués.
El Marqués era malo,
le pegó con un palo
a... No, el Marqués no fue.
Me equivoqué.
No importa. Sigo.
Un día llegó la policía.
No, porque no había.
Llegó nada más que él,
montado en un corcel
que andaba muy ligero.
Y había un jardinero
que era bueno pero.
Después pasaba algo
que no recuerdo bien.
Quizás pasaba el tren.
Pero lejos de allí,
la Reina en el Palacio
jugaba al ta te ti,
y dijo varias cosas
que no las entendí.
Y entonces...
Me perdí.
Ah, vino la Princesa
vestida de organdí.
Sí.
Vino la Princesa.
Seguro que era así.
La Reina preguntole,
no sé qué preguntó,
y la Princesa, triste,
le contestó que no.
Porque la Princesita
quería que el Marqués
se casara con ella
de una buena vez.
No, no, así no era,
era al revés.
La cuestión es que un día,
la Reina que venía
dio un paso para atrás.
No me acuerdo más.
Ah, sí, la Reina dijo:
-Hijita, ven acá.
Y entonces no sé quién.
Mejor que acabe ya.
Creo que a mí también
me llama mi mamá.
© María Elena Walsh
Libro: El reino del revés. Autora: María Elena Walsh. Ilustradores: Nora Hilb. Colección: Serie Amarilla. Edad: Desde 6 años. Editorial: Alfaguara infantil
El autor cubano Antonio Orlando Rodríguez dijo: El reino del revés, ese mundo fantástico nacido de la imaginación de María Elena Walsh "Es una celebración de la poesía, del humor, del disparate; un verdadero alimento espiritual para los niños y un alimento para su creatividad"
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