Anoche mi sueño
tardó en cobijarme;
en sombras, risueño,
jugó hasta muy tarde.
Yo cerré los ojos,
fui contando ovejas
y feroces lobos
y abuelas muy viejas.
Tras de mi cortina.
toda una fortuna,
en plata divina,
cuernitos de luna.
Lunita de trapo,
como un balancín,
¡arriba y abajo!
meciéndome a mí.
La luna seguía
el mismo compás
y, al fin, me dormía
de tanto arrullar.
En suave vaivén
me dejó en mi cama.
-¡Qué duermas muy bien!
Yo vuelvo mañana.
tardó en cobijarme;
en sombras, risueño,
jugó hasta muy tarde.
Yo cerré los ojos,
fui contando ovejas
y feroces lobos
y abuelas muy viejas.
Tras de mi cortina.
toda una fortuna,
en plata divina,
cuernitos de luna.
Lunita de trapo,
como un balancín,
¡arriba y abajo!
meciéndome a mí.
La luna seguía
el mismo compás
y, al fin, me dormía
de tanto arrullar.
En suave vaivén
me dejó en mi cama.
-¡Qué duermas muy bien!
Yo vuelvo mañana.
Ilustración: Nora Martínez (Argentina)
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