“Yo tenía seis años cuando mi padre nos leyó a mi hermano y a mí un cuento sobre un abuelo que construía para sus nietos una casita en el árbol más grande de todo el patio de su granja. Es el primer recuerdo que me haya hecho desear que mi vida se pareciera a lo oído en sus palabras y visto en sus imágenes [...] Los libros me provocan eso. Me mueven a probar cosas, a adoptar otras vidas mediante la biografía y autobiografía, a viajar hacia atrás en la historia o a trasladarme a un lugar lejano, a convertirme en un detective y resolver un complicado crimen. Siempre me asombra el poder que tienen las palabras de evocar imágenes”.
Graves, Donald, Estructurar un aula donde se lea y se escriba. Buenos Aires, Aique, 1997. Visto y leído en: “La lectura en el nivel inicial. Reflexiones acerca de por qué, para qué y cómo enseñar a leer” PDF
Ilustración ©Noemí Villamuza
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