Todos los chicos quieren que les lean cuentos. Todos están dispuestos a aprender y a decir rimas, poesías, canciones. A todos les encanta hojear las páginas de los libros, mirar sus imágenes, imaginar historias. Porque los libros son enigmas a develar, contienen “secretos” de los que queremos apropiarnos; transforman nuestra mirada respecto del mundo y nuestra interioridad. Nos permiten apartarnos por un momento del vértigo del día y nos instalan en la intimidad.
La lectura, bien lo sabemos, es una forma de felicidad.
Cuando el maestro y otros adultos logran transmitir esas convicciones, gustos y pasiones, cobra sentido para los niños realizar el esfuerzo de aprender a leer.
La lectura, bien lo sabemos, es una forma de felicidad.
Cuando el maestro y otros adultos logran transmitir esas convicciones, gustos y pasiones, cobra sentido para los niños realizar el esfuerzo de aprender a leer.
Ilustración: ©LARA DOMBRET
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