Ricardo Mariño es un consagrado escritor argentino, que publicó más de treinta títulos de literatura infantil y juvenil.
Sus libros no se portan muy bien, no son disciplinados, tienen formas raras, y se ríen hasta de los temas serios. Y son tan sorprendentes que, a veces, cuando esperamos lo humorístico, se ponen formales. Sí, sus libros son muy inquietos y tienen como destinatarios a los chicos que, como él, sabrán disfrutar de lo ridículo, de lo sobrenatural. Y también de quedarse pensando…
Sus libros no se portan muy bien, no son disciplinados, tienen formas raras, y se ríen hasta de los temas serios. Y son tan sorprendentes que, a veces, cuando esperamos lo humorístico, se ponen formales. Sí, sus libros son muy inquietos y tienen como destinatarios a los chicos que, como él, sabrán disfrutar de lo ridículo, de lo sobrenatural. Y también de quedarse pensando…
REPORTAJE (Fragmento)
¿Cómo creás a tus personajes y cómo inventás sus nombres?
Generalmente, primero se me ocurre la historia y después pienso en los personales y trato de acomodarlos a eso que se me ocurrió. Pero muchas veces la historia y los personajes vienen juntos. En cuanto a los nombres, en los libros para chicos, en general pongo nombres como medio absurdos, que se correspondan con el oficio del personaje o que sean medio anormales. Lo hago porque el nombre del personaje me resulta importante. Si el nombre me convence, si me parece que se recorta del océano de nombres que hay, entonces es como si existiera. Cuanto más extraño es, más efecto de existencia tiene dentro de una literatura como la que yo hago, que es medio de humor. Por ejemplo, para mí, Cinthia Scoch tiene más efecto de verdad que Tamara Rodríguez. Me resulta más consistente. (…)
¿Cómo creás a tus personajes y cómo inventás sus nombres?
Generalmente, primero se me ocurre la historia y después pienso en los personales y trato de acomodarlos a eso que se me ocurrió. Pero muchas veces la historia y los personajes vienen juntos. En cuanto a los nombres, en los libros para chicos, en general pongo nombres como medio absurdos, que se correspondan con el oficio del personaje o que sean medio anormales. Lo hago porque el nombre del personaje me resulta importante. Si el nombre me convence, si me parece que se recorta del océano de nombres que hay, entonces es como si existiera. Cuanto más extraño es, más efecto de existencia tiene dentro de una literatura como la que yo hago, que es medio de humor. Por ejemplo, para mí, Cinthia Scoch tiene más efecto de verdad que Tamara Rodríguez. Me resulta más consistente. (…)
Visto en: Revista Compinches. Reportaje a Ricardo Mariño, revista Nº 28, julio 2006, año 3.
Entrevistan: Guido, 10 años, y Julia, 11 años.
Producción y redacción: Gisela Schmidberg.
Foto:Javier Moreno
Entrevistan: Guido, 10 años, y Julia, 11 años.
Producción y redacción: Gisela Schmidberg.
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