“Has nacido en el planeta Arte y te puedes mover libremente expresándote como quieras con tu cuerpo. Pero aún dentro de la libertad hay elementos condicionantes que con sólo tocarte te paralizan. (En este momento todo el grupo se para). Lo bueno es que con un segundo contacto te vuelven a dar libertad (el o la educadora tocará suavemente a cada niño y niña y poco a poco recuperarán su movilidad por el espacio).
El espacio sobre el que caminas es blando y confortable, respiras un aire muy puro que te despierta sensaciones parecidas a cuando descansas sobre la hierba fresca.
De repente desde lo alto comienzan a llegarte ruidos, te resultan familiares pero será necesario pararte y encontrar otra oreja más que ayude a las tuyas a identificar el sonido que te perturba. Una vez reconocido el sonido que hacen las estrellas cuando se encienden para guardar las noches de todas las criaturas que poblamos la tierra, retomas tu marcha.
Ya es de noche y para poder avanzar en una zona estrecha y peligrosa tendrás que guiarte por alguna de las criaturas que también pueblan este planeta. Busca una mano amiga que te oriente hacia una senda segura. Una vez que todos nuestros tobillos estén preparados y coordinados podremos continuar el camino que cada cual considere mejor. Un poco más adelante, cuando te dejes capturar por la noche, sus sonidos y olores, tendrás la oportunidad de conocer magas que elaboran nubes de risa, vida y caramelo, desde las que podréis desplegar las alas de libertad y magia que todas las criaturas llevamos dentro.
Para poder volar sólo será necesario crear un círculo entre todas, sentarnos juntas y colocar nuestra mano en la nuca de la criatura que tenemos al lado, pues de ellas emana la dosis justa de luz, magia y calor para iniciar este viaje mágico que es el descubrimiento de nuestro interior.”
El espacio sobre el que caminas es blando y confortable, respiras un aire muy puro que te despierta sensaciones parecidas a cuando descansas sobre la hierba fresca.
De repente desde lo alto comienzan a llegarte ruidos, te resultan familiares pero será necesario pararte y encontrar otra oreja más que ayude a las tuyas a identificar el sonido que te perturba. Una vez reconocido el sonido que hacen las estrellas cuando se encienden para guardar las noches de todas las criaturas que poblamos la tierra, retomas tu marcha.
Ya es de noche y para poder avanzar en una zona estrecha y peligrosa tendrás que guiarte por alguna de las criaturas que también pueblan este planeta. Busca una mano amiga que te oriente hacia una senda segura. Una vez que todos nuestros tobillos estén preparados y coordinados podremos continuar el camino que cada cual considere mejor. Un poco más adelante, cuando te dejes capturar por la noche, sus sonidos y olores, tendrás la oportunidad de conocer magas que elaboran nubes de risa, vida y caramelo, desde las que podréis desplegar las alas de libertad y magia que todas las criaturas llevamos dentro.
Para poder volar sólo será necesario crear un círculo entre todas, sentarnos juntas y colocar nuestra mano en la nuca de la criatura que tenemos al lado, pues de ellas emana la dosis justa de luz, magia y calor para iniciar este viaje mágico que es el descubrimiento de nuestro interior.”
Visto y leído en: Contar Cuentos Cuenta en femenino y en masculino
Ilustración: Mónica Carretero
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