Tener una discapacidad significa no tener una capacidad determinada.
Tal vez no puedas ver, oír o correr... pero has aprendido a utilizar tus sentidos de otra manera y a realizar otras cosas muy difíciles que te hacen ser una persona estupenda.
Por ejemplo, Laila no puede ver con los ojos y sin embargo descubre el mundo con sólo escuchar y tocar lo que le rodea.
Si lo piensas bien, hay mil cosas que puedes hacer: jugar, reír, aprender, soñar con los ojos abiertos, inventar historias, abrazar suavito, contar chistes, coleccionar estrellas, crecer cada día un poco… y sólo algunas cosas que no puedes hacer o haces de forma diferente. Pero ¿quién puede hacerlo todo?
¿Qué cosas podemos hacer si tenemos una discapacidad?
¡Prácticamente todo! Hay tal vez algunas pocas cosas que nunca llegues a hacer pero ¿puede el caballo dormir en el árbol como el lirón?, ¿puede el león volar como el águila?, ¿quién puede correr varios kilómetros sin cansarse?, ¿puede la serpiente correr como la gacela? No podemos hacer de todo, no y no pasa nada, vivimos miles de sensaciones diferentes.
Disfrutamos con lo que realmente es importante porque todos los niños y niñas queremos lo mismo: que nos quieran, divertirnos, jugar, aprender y querer.
Y si nos lo proponemos, un día cuando seamos mayores, llegaremos a ser lo que soñemos ser.
Tal vez no puedas ver, oír o correr... pero has aprendido a utilizar tus sentidos de otra manera y a realizar otras cosas muy difíciles que te hacen ser una persona estupenda.
Por ejemplo, Laila no puede ver con los ojos y sin embargo descubre el mundo con sólo escuchar y tocar lo que le rodea.
Si lo piensas bien, hay mil cosas que puedes hacer: jugar, reír, aprender, soñar con los ojos abiertos, inventar historias, abrazar suavito, contar chistes, coleccionar estrellas, crecer cada día un poco… y sólo algunas cosas que no puedes hacer o haces de forma diferente. Pero ¿quién puede hacerlo todo?
¿Qué cosas podemos hacer si tenemos una discapacidad?
¡Prácticamente todo! Hay tal vez algunas pocas cosas que nunca llegues a hacer pero ¿puede el caballo dormir en el árbol como el lirón?, ¿puede el león volar como el águila?, ¿quién puede correr varios kilómetros sin cansarse?, ¿puede la serpiente correr como la gacela? No podemos hacer de todo, no y no pasa nada, vivimos miles de sensaciones diferentes.
Disfrutamos con lo que realmente es importante porque todos los niños y niñas queremos lo mismo: que nos quieran, divertirnos, jugar, aprender y querer.
Y si nos lo proponemos, un día cuando seamos mayores, llegaremos a ser lo que soñemos ser.
¿Cómo conoció Laila el mar?
Los ojos de Laila, como los de los topos, no ven. Un día preguntó a la maestra cómo era el mar. Al día siguiente, ésta trajo un dibujo en relieve. Laila acarició con las puntas de los dedos las olas sobre el papel, las gaviotas y los peces. Después, todos los niños y las niñas cerramos los ojos. Imitamos el ruido del mar. Acariciamos un montoncito de arena y nos movimos alrededor de Laila, como lo hacen las olas. ¡Ah!, y probamos el agua salada... Al final, la maestra nos enseñó una canción de delfines, barcos y ballenas. Aquel día Laila conoció el mar y el resto, aprendimos a sentirlo con el corazón.
¿Qué es la lengua de signos?
El lenguaje de signos es una lengua tan completa como el chino, el catalán o el castellano pero se habla con las manos. Es una lengua importante que hablan muchas personas que no pueden oír y también, cada vez más, personas que oyen bien.
Claudia es una niña extraordinaria. Ella no puede oír pero habla y entiende la lengua de signos. También sabe leer en los labios.
Samir, Carlos y yo siempre queremos jugar con Claudia. Cuando estoy cerca de ella, miles de mariposas revolotean en mi estómago y, cuando me habla, noto que me pongo colorado. Como Claudia se da cuenta de todo, yo sé que sabe que estoy por ella. Estoy aprendiendo a hablar la lengua de signos.
Claudia es una niña extraordinaria. Ella no puede oír pero habla y entiende la lengua de signos. También sabe leer en los labios.
Samir, Carlos y yo siempre queremos jugar con Claudia. Cuando estoy cerca de ella, miles de mariposas revolotean en mi estómago y, cuando me habla, noto que me pongo colorado. Como Claudia se da cuenta de todo, yo sé que sabe que estoy por ella. Estoy aprendiendo a hablar la lengua de signos.
¿Cómo son las escuelas accesibles?
Son escuelas que tienen en cuenta que cada una y cada uno de nosotros y nosotras tenemos distintas necesidades. Son escuelas con luces en las puertas para avisar de la hora del recreo. Con libros, mapas y dibujos en “braille”, pensados para los niños y niñas que no pueden ver. Tienen puertas de colores brillantes para distinguir dónde está la biblioteca o la cocina.
Son escuelas con rampas y puertas anchas para que pasen las sillas de ruedas. Sus maestros y maestras nos escuchan y nos enseñan. Son escuelas inteligentes y amables. Son escuelas para todos y para todas.
Son escuelas con rampas y puertas anchas para que pasen las sillas de ruedas. Sus maestros y maestras nos escuchan y nos enseñan. Son escuelas inteligentes y amables. Son escuelas para todos y para todas.
¿Qué derechos tenemos los niños y las niñas?
Todos los niños y las niñas tenemos derecho a que nos quieran, a jugar, a recibir una atención especial, a crecer en paz…
Los niños y niñas tenemos derecho a ser felices, respetados y a vivir intensamente. Debemos estar orgullosos de quiénes somos y de cómo somos.
RECUERDA...
Vuela alto como el águila. No dejes nunca de soñar porque un día serás aquello que sueñes ser: astronauta, directora de orquesta, médico, carpintera, jefa de gobierno, maestro, guardabosques o veterinaria... Ahora es tiempo de imaginar y prepararte. Si tú lo quieres, no habrá barreras para ti. Tú puedes volar tan alto como quieras y llegar a ser aquello que te propongas ser. ¡No lo olvides!
Nadie es igual a nadie y ése es nuestro tesoro.
Mira alrededor y escucha el canto del colibrí, la mirada reposada de la lechuza, el caminar de la gacela, el hacer de la abeja... Cada animal tiene su forma de vivir, de caminar, de mirar… Tú eres una persona única: sabes lo que quieres, sabes cómo jugar, aprender o conversar...
¡A tu manera!
Como el león en la selva, siente el orgullo de saber quién eres. Siéntete feliz por ser como eres. Tu familia, tus amigos y amigas, las personas que te conocen, te quieren y admiran por lo que eres.
Porque para todos y todas eres importante y especial. Tú haces que cada día sea una aventura. No hay en todo el mundo nadie igual a ti. Saberlo nos hace sentir únicos y muy valiosos.
¡Recuérdalo!
Tienes derecho a recibir una educación, a tener cariño, a no encontrar dificultades para leer, escuchar cuentos, aprender, desplazarte, jugar, conversar o querer. Tienes derecho a crecer feliz.
Tienes derecho a levantarte cada día esperando que algo sorprendente ocurra. Cada día te guarda una sorpresa. ¡No lo dudes!
Como el lobo, aprende a respetar y a querer a tus compañeros y compañeras. Cada niño y cada niña esconden un tesoro. No importa lo diferentes que seamos, siempre podremos aprender de nuestros amigos y amigas. A lo largo de tu vida, te encontrarás con personas distintas. Te cruzarás con niños y niñas, todos y todas diferentes. Haz que siempre se sientan respetados y queridos.
Aprende a ver con otra mirada: -Lo esencial es invisible a los ojos, -le dijo el zorro al Principito...
Los niños y niñas tenemos derecho a ser felices, respetados y a vivir intensamente. Debemos estar orgullosos de quiénes somos y de cómo somos.
RECUERDA...
Vuela alto como el águila. No dejes nunca de soñar porque un día serás aquello que sueñes ser: astronauta, directora de orquesta, médico, carpintera, jefa de gobierno, maestro, guardabosques o veterinaria... Ahora es tiempo de imaginar y prepararte. Si tú lo quieres, no habrá barreras para ti. Tú puedes volar tan alto como quieras y llegar a ser aquello que te propongas ser. ¡No lo olvides!
Nadie es igual a nadie y ése es nuestro tesoro.
Mira alrededor y escucha el canto del colibrí, la mirada reposada de la lechuza, el caminar de la gacela, el hacer de la abeja... Cada animal tiene su forma de vivir, de caminar, de mirar… Tú eres una persona única: sabes lo que quieres, sabes cómo jugar, aprender o conversar...
¡A tu manera!
Como el león en la selva, siente el orgullo de saber quién eres. Siéntete feliz por ser como eres. Tu familia, tus amigos y amigas, las personas que te conocen, te quieren y admiran por lo que eres.
Porque para todos y todas eres importante y especial. Tú haces que cada día sea una aventura. No hay en todo el mundo nadie igual a ti. Saberlo nos hace sentir únicos y muy valiosos.
¡Recuérdalo!
Tienes derecho a recibir una educación, a tener cariño, a no encontrar dificultades para leer, escuchar cuentos, aprender, desplazarte, jugar, conversar o querer. Tienes derecho a crecer feliz.
Tienes derecho a levantarte cada día esperando que algo sorprendente ocurra. Cada día te guarda una sorpresa. ¡No lo dudes!
Como el lobo, aprende a respetar y a querer a tus compañeros y compañeras. Cada niño y cada niña esconden un tesoro. No importa lo diferentes que seamos, siempre podremos aprender de nuestros amigos y amigas. A lo largo de tu vida, te encontrarás con personas distintas. Te cruzarás con niños y niñas, todos y todas diferentes. Haz que siempre se sientan respetados y queridos.
Aprende a ver con otra mirada: -Lo esencial es invisible a los ojos, -le dijo el zorro al Principito...
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Cuaderno de educación en valores 4
Colección: POR PREGUNTAR QUE NO QUEDE
Ni Más Ni Menos
La discapacidad explicada a los niños y las niñas
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Coordinación pedágogica y gestión del proyecto
MEC-CIDE: Montserrat Grañeras
FETE-UGT: Luz Martínez Ten, Carmen Vieites
Textos: Luz Martínez Ten
Asesoría en discapacidad
Blanca Leyva San Juan
Colaboración especial:
Maite Ruano López, alumna con el síndrome de Smith Magenis
Ilustración y diseño: Mauricio Maggiorini Tecco (Gen)
Cartel: Lucía Sagredo Miller
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Cuaderno de educación en valores 4
Colección: POR PREGUNTAR QUE NO QUEDE
Ni Más Ni Menos
La discapacidad explicada a los niños y las niñas
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Coordinación pedágogica y gestión del proyecto
MEC-CIDE: Montserrat Grañeras
FETE-UGT: Luz Martínez Ten, Carmen Vieites
Textos: Luz Martínez Ten
Asesoría en discapacidad
Blanca Leyva San Juan
Colaboración especial:
Maite Ruano López, alumna con el síndrome de Smith Magenis
Ilustración y diseño: Mauricio Maggiorini Tecco (Gen)
Cartel: Lucía Sagredo Miller
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