21 de agosto de 2013

Lectura Lab - El laboratorio de la lectura de la FGSR © Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 2013


CÓMO CONTAR UN CUENTO Y NO MORIR EN EL INTENTO (un clásico de nuestros laboratorios)

Contar cuentos es una actividad muy gratificante, no sólo para quien escucha sino también para quien narra. Habitualmente esta práctica se asocia a las primeras edades, y es cierto que a los más pequeños les encanta que les cuenten historias, pero los mayores son también un buen público.
Seguro que a ti también te gusta escuchar historias y retienes en la memoria algunas que te contaron en tu infancia.

Pero te preguntarás... ¿qué necesito para ello?

Simplemente ganas y una buena historia que contar.

Y... ¿qué cuentos puedo contar?

Ante todo, la historia que elijas ha de gustarte a ti; tiene que emocionarte, convencerte.
A los más pequeños les gustan los cuentos populares, los clásicos, las historias con lenguaje sonoro, los cuentos acumulativos y encadenados, las narraciones que provocan la risa...
A los mayores les interesan las historias de miedo, de misterio, también las aventuras (incluso aquellas que te hayan sucedido a ti o a algún otro miembro de la familia), los mitos y leyendas, el humor, el absurdo...
No te limites al cuento de tradición oral, existen historias actuales aptas para ser contadas. Puedes pedir consejo a tu librero, al bibliotecario...

Ya, pero ¿cómo lo hago?

Algunos consejos:
Si dispones de tiempo, y te apetece, puedes preparar un poco el cuento:
• Lee la historia una o dos veces, no tienes que memorizarla.
• Ordena mentalmente las secuencias.
• Identifica los momentos de tensión.

¿Qué recursos puedo utilizar?

Si has elegido un libro ilustrado, utiliza las imágenes para dialogar con tu hijo, ellas también cuentan y aportan contenido a la historia.
En ocasiones, las marionetas consiguen captar la atención. Puedes utilizar una que represente al narrador o al protagonista de la historia.
La estrategia de guardar un objeto o un mensaje en una caja o bolsa puede sorprender y motivar a tu hijo, sobre todo si es pequeño.
Introducir canciones y ritmos resulta muy atractivo e invita a participar.
Si tu hijo está interesado en ver una película, puedes aprovechar para ofrecerle la historia original.
Una noticia de prensa puede ser un buen argumento para contar y motivar el diálogo.


A la hora de contar ten en cuenta lo siguiente:

Elige la fórmula que te parezca más adecuada para iniciar el cuento: Érase una vez..., Cuentan que..., En un lugar de..., ¿Sabías que...?
Intenta cambiar la voz, diferenciando –si es posible– al narrador del resto de personajes, para transmitir sus emociones: si están enfadados, alegres, tristes...
Si aparecen onomatopeyas, enumeraciones o repeticiones tenlas en cuenta, ya que dan ritmo a la historia y contribuyen a que el niño escuche con interés y participe.
Atiende las pausas y los silencios.
Adapta el texto a tu lenguaje, interpreta el estilo y el tono del cuento: fantástico, humorístico, misterioso, terrorífico...
No abuses de los diminutivos, aunque tu hijo sea pequeño.
Cuenta con entusiasmo, con ganas.
Invita a tu hijo a participar en la historia.
Si te olvidas de algún detalle no pasa nada, puedes retomarlo en otro momento si lo crees necesario, pero no empieces de nuevo la historia.

No olvides que:

Sólo necesitas ganas y una buena historia.
A contar, como cualquier otra actividad, se aprende con la práctica.
Todos podemos contar, sin necesidad de ser profesionales.

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