27 de febrero de 2013

Cuando pasen los años.

Cuando pasen los años, y pareciera que yo no soy el mismo, cuando me vaya volviendo más torpe, teneme paciencia, recuerda las horas que pasamos juntos y fui yo, quien te enseñó a hacer las mismas cosas que hoy no puedo resolver.

Cuando veas que me pierdo frente a toda esta tecnología que no puedo entender, dedícame tu tiempo, recuerda que yo te enseñé las cosas simples para enfrentar la vida.

Si me paso repitiendo siempre las mismas historias, y ya sabes cómo terminan, escúchame, recuerda que cuando eras chico tuve que contarte el mismo cuento, cientos de veces hasta que te durmieras.

Si mientras hablamos, me olvido de lo que estamos hablando, dame tiempo para recordar, recuerda que para mí no es importante el contenido de la conversación, sino el tiempo que estamos compartiendo.

Cuando mis piernas me fallen, dame tu mano para que me apoye, así como yo lo hice cuando empezabas a caminar.

Dame tu cariño, compréndeme y ámame, como yo lo hice desde que naciste. Siempre quise lo mejor para ti, y hoy estoy orgulloso de ver quién eres y cómo enfrentas la vida.

Cuando pasen los años, así como yo te he acompañado, acompáñame tú hasta donde el final del camino me lleve.

Cuando pasen los años, sigamos caminando juntos…
Tomado del libro “De bueyes perdido...” Editorial Santa María. Ciudad de Buenos Aires. Argentina

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